En la Colonia 1 de Santa Ana, las familias más humildes envían sus hijos a estudiar a la escuela Wolf Schcolnik, del paraje Santa Rosa. Aquellos que pueden pagar $ 200 por mes, y por alumno, un transporte particular, van a a la escuela de Río Chico o a la de Villa Hileret, que están a unos tres kilómetros, pero en distinta dirección. Los más pobres siempre estuvieron obligados a cruzar el río con los pies descalzos y tiritando de frío en el invierno. En los tiempos de lluvia el cauce del río Chico se embravecía y se perdían días de clases. Fue así desde hace décadas, recuerda Mercedes Maidana, de 32 años. “En ese entonces, los privilegiados lo pasaban a lomo de mula”, apuntó. “Cuando helaba, a veces terminábamos enfermos. Pero no teníamos otra salida”, comentó. Uno de sus hijos, junto a tres de Margarita Rodríguez y otros de Deolinda y Fátima Carreño, tuvieron que repetir la historia hasta hace pocos días, cuando se difundió el video que mostraba la situación, y entonces la directora Beatriz del Valle Gramajo los comenzó a llevar en su propio auto. “Desde el lunes la señora viene hasta aquí y ella misma los traslada a clase. Después también los trae”, aseguró Deolinda.
Aún si la directora los dejara de trasladar, las mamás se sienten más tranquilas y contentas desde el jueves. Ese día la vecindad celebró la donación de un bote con motor, remos y salvavidasde la Asociación Bancaria, para cuando los chicos necesiten cruzar el río. El vehículo está disponible en el patio de la familia Carreño, encima de un trailer. El jueves los bancarios lo probaron en un remanso del lecho. “Fue una fiesta: varios chicos subieron al bote y se alegraron con el paseo, que fue corto porque el río no tiene mucha agua”, contó Fátima.
Las madres parecían haber recobrado la memoria, luego de que el miércoles pasado negaran que sus hijos hayan estado cruzando el río a pie para ir a la escuela, tal como lo mostraba el video. Luego de que se dijera que la filmación era del año pasado, ayer aseguraron que el material es de hace una semana. Nadie quiso explicar el cambio de postura. Pero Deolinda aclaró que hubo un colectivo contratado por la escuela que dejó de llevarlos hace un mes. “Anduvo todo mayo y luego desapareció, al parecer por falta de pago. Entonces no había otra que -de nuevo- hacer cruzar el río a los chicos”, agregó.
“El año pasado, casi todos los días de clase pasaron a pie al cauce”, apuntó. En total son siete los pequeños de entre 7 y 10 años que cruzaban el río a pie. Luego de atravesar el lecho deben caminar dos kilómetros por una senda rodeada de cañaverales.
La directora Gramajo le dijo a nuestro diario que el transporte se suspendió porque “por problemas en el PIN de la tarjeta (de débito”, no podía retirar el dinero que le depositó la provincia para pagar el transporte.“Una vez que se solucione esta situación se normalizará el servicio”, aseguró. Ayer derivó cualquier otra consulta periodística al Ministerio de Educación.
Los vecinos advirtieron que el bote les va a ser de utilidad en los tiempos de inundaciones. “Este año no había cómo rescatar a los ancianos y niños de las casas. Uno vive aquí en medio del abandono. Así como quedó el río, después de las crecientes, no hay dudas de que va a volver a salir de su cauce en el próximo verano. Los trabajos que le hicieron fueron pocos”, observó Julio Carreño.
Por su parte, consultada por LA GACETA, la ministra de Educación, Silvia Rojkés de Temkin, insistió en que “el problema del transporte se da donde no hay transporte público. En esos casos, se paga a la escuela un monto para la movilidad. Pero situaciones como ésta no son frecuentes, y ni la Dirección de Primaria ni la directora sabían de esta situación. En lugar de informarnos al ministerio, alguien hizo público ese video”, afirmó . Añadió que “cuando hay situaciones parecidas, la directora va a buscarlos en su transporte. E, insisto, hay otros caminos para llegar a la escuela, aunque sean más extensos.Y hay otras escuelas en la zona. De todos modos, cuando una familia decide que sus hijos crucen el río porque la escuela está más cerca, hay que trabajar con esa familia. Y eso es lo que vamos a hacer. Pero no puedo poner un bote para que ellos lo manejen, porque sería una clara irresponsabilidad. ¿Qué pasaría si hubiera un accidente? ¿Sería responsable el Ministerio?”, concluyó,